jueves, 2 de febrero de 2012

Therese Raquin, un libro de todos los tiempos



Hace ya muchos años que leí la obra “Thérèse Raquin” una de las primeras obras del escritor francés Émile Zola que dio inicio al Naturalismo francés.
 En días pasados encontré entre los cuadernos de mi hija, el libro que hace mas de 20 años hizo que leyera con verdadera fruición y casi desconcierto. Sin ninguna duda es una historia que muestra el rostro crudo e inhumano de la pasión humana. Recuerdo cuando aquello que con inquietud seguí toda la trama de los personajes con bastante interés.
La joven Therese que es “obligada”  a casarse con su primo Camille. Luego el rencuentro de Therese con Laurent (un amigo de la infancia) y la relación pasional entre los dos a espaldas de su esposo.  La planificación de ambos en matar a Camille, el asesinato de éste y los cambios en la relación de la pareja a partir de este hecho. Lo descarnado y realista de las circunstancias y la forma de describir los sucesos hacen que Emile Zola se convierta indiscutiblemente como el pionero del movimiento naturalista en Francia.
La trama constituye una obra emocionante, de expectativas, con rasgos de morbo, amor, pasión, y finalmente odio. El espíritu de Camile se coloca entre la pareja cada noche, cuando van a descansar a su alcoba y acaba provocando en ellos el consiguiente asco y rechazo.  Finalmente, como era de prever, la situación se hace insostenible y la rabia y el despecho hace que ambos piensen en la idea del asesinato. Sin embargo al darse cuenta que cada cual pensaba lo mismo, deciden y quitarse la vida los dos, bebiendo un veneno de efecto rápido.
 Lo que es extraordinario de este libro además de la trama surrealista es la descripción genial del autor, en cuanto a sensibilidad humana que va desde los más altos y puros sentimientos hasta los más bajos, y denigrantes estados de afecto.
A pesar de los encontrados pensamientos que este libro pueda despertar, indudablemente es una obra maestra aún en la literatura moderna. Y recomendado su lectura a todas luces.

domingo, 29 de enero de 2012

Cuba. Premio nacional de literatura:


Carilda Oliver Labra.

  Hace ya unos muchos años que trabajando en la provincia Matancera en el departamento de Cultura tuve la oportunidad de conocer a la poetiza Carilda Oliver Labra, uno de los mas grandes exponentes literarios de la Literatura Cubana.

  Cuando digo conocer, me refiero a coincidir en uno de los eventos provinciales literarios.  Estoy segura que ella no se acordó de mí después de dos minutos en que fuimos presentadas, para mí sin embargo, constituyo la realización de ver en persona alguien tan bien querida y tan respetada dentro de todas las tertulias literarias de la provincia como la autora del tan hermoso verso “Me desordeno”.
    No se de donde saque la imagen de Carilda como la de una amargada señora de edad, con un gato en el regazo, recitando poesías a través de una ventana alta de garrotes, en una casa medieval;  así que mi asombro al verla face to face fue extremadamente grata. Una mujer  hermosa en sus mejores años, con una sabia sonrisa y los ojos más vividos y  azules que nunca había visto.  Luego vino la clausura de la actividad y lo más esperado de la noche: La lectura de uno de los versos de Carilda en su propia voz. Y cual habría de ser sino el más conocido y quizás más hermosos verso de su amplio quehacer poético:

                                                                   Me desordeno amor, me desordeno
Me desordeno, amor, me desordeno
cuando voy en tu boca, demorada;
y casi sin por qué, casi por nada,
te toco con la punta de mi seno.

Te toco con la punta de mi seno
y con mi soledad desamparada;
y acaso sin estar enamorada;
me desordeno, amor, me desordeno…

   No hay palabras suficientes para expresar la ternura latente es ese lenguaje figurado tan propio de la autora. La palabra desordenar: Alterar el orden de una cosa, alborotar, desarreglar… es la palabra clave para expresar las sensaciones que sufre su cuerpo con la cercanía del ser querido.
   En cuanto al poema “Guárdame el tiempo” es bastante elocuente por si mismo y simplemente maravilloso. La autora se muestra tierna y profunda, exquisita y sombría; penetrante en el ayer y revuelta de seres extraordinarios mezclados en sus dudas y en sus anhelos sin respuesta. Aquí están dos estrofas del poema:

Guárdame el tiempo
¿A quién convido ahora con mis piernas
y le enseño el jazmín que nació anoche,
y le pongo una abeja a que lo pique,
y le saludo la inocencia?

¿A quién le miento y juro,
a quién le tiro un pan contra la oreja,
a quién le digo que lo odio,
y luego, que lo amo?


    Carilda Oliver Labra nació en Matanzas, Cuba en julio de 1924.Estudió Derecho en la Universidad de La Habana ejerciendo la profesión en su ciudad natal, donde además dictó cursos de dibujo, pintura y escultura.
Es una de las más sobresalientes poetisas de hispanoamérica, ganadora de importantes premios literarios:

Por SRM